miércoles, 9 de diciembre de 2009

Viaje a Guatemala

Harry le ayudó con las bolsas y se dirigieron a uno de los patios traseros del castillo.
- Iremos en el súper Chevy – anunció Nancy.
- ¿Qué es el súper Chevy? ¿Un auto? ¿Usted no usa escoba?
- Vamos Harry, yo se que conoces los autos voladores que se hacen invisibles. Son más rápidos que las escobas.
Cuando lo vio Harry no pudo evitar pensar en el viejo auto del señor Weasley que Ron y él se habían encargado de destruir.
- Ya está. Sube. ¿Qué me querías decir?
Harry empezó vacilante a hablar. De pronto se dio cuenta de que si sus suposiciones eran correctas estaba ahora mismo volando en un auto con una mortífaga, que decía llevarlo a Guatemala pero en realidad podría estarlo llevando a donde ella quisiera.
En el fondo de alguna forma él no se terminaba de convencer de que Nancy – aquella profesora tan amable – formara parte del ejército del mal, de la misma forma que no se terminaba de convencer – a pesar de todos los argumentos de Dumbledore – de la lealtad de Snape. Superó como pudo sus confusiones y le contó sobre los comentarios y cómo había descubierto que estaban escritos en Pársel. Se guardó el asunto de la visita al blog de Voldemort para ir estudiando la reacción de la profesora.
El auto avanzaba veloz y aunque la distancia entre Londres y Guatemala era enorme pronto divisaron aquellas bellas tierras tropicales de sol, montañas y volcanes, que la gente del lugar llama “de la eterna primavera”.
Empezaron a decender y pronto tocaron tierra.
- ¿Ya llegamos?
- No Harry, es que me gusta bajar unos kilómetros antes de mi casa y hacer ese último tramo sobre la tierra. Vivo en un vecindario de muggles, así que no quiero sorprenderlos llegando en un auto volador.
El polvoriento camino estaba rodeado de altas montañas y profundos barrancos. El sol de la mañana era abrazador. En un recodo divisaron a una mujer que caminaba con un niño al lado.
- Espero que no te moleste que los llevemos – dijo Nancy deteniendo el auto junto a ellos.
- No claro.
Se detuvieron junto a los viandantes y les ofrecieron llevarlos. Ellos aceptaron encantados y subieron entre expresiones de agradecimiento. Avanzaron hasta llegar a un grupo de casas muy bonitas y Nancy fue bajando la velocidad. Cuando se detuvo la pasajera nuevamente volvió a agradecer, abrió la puerta y ella y el pequeño bajaron despidiéndose muy efusivamente, intercambiando sonrisas con Harry y la profesora.
Un poco más adelante volvieron a detenerse.
- Ya llegamos Harry, ven, acompáñame.

4 comentarios:

  1. Que confusion para el pobre muchacho...como puede esta mujer tan amable ser "mortifaga"?

    Me encanta el Superchevy (dibujito) y como entretejes los detalles de las dos historias entre una nueva y muy interesante.
    Salud!

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  2. Claro, aquí me facilitó las cosas Nancy porque prácticamente este capítulo me lo hizo ella con sus historias, jejejeje, ya solo tuve que colocarla en el contexto!

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  3. Ay, gracias... me encanta que hayas incluido al niño y su madre... qué lindo detalle. Excelente historia, no me canso de decirlo.

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  4. Bueeeno... el detalle en primer lugar fue tuyo, así que yo no me lo inventé!!! jejejejeje.

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